La llegada del verano viene acompañada de muchas sensaciones agradables para la mayoría de las personas.
Buen tiempo, baños en el mar o en la piscina, exposiciones al sol para conseguir ese color de piel que tanto favorece, práctica de determinados deportes, tiempo de ocio, etc., que toman cuerpo de una manera especial con la llegada del periodo vacacional. Esas vacaciones que todos anhelamos y que nos permitirán "desconectar" de la rutina del trabajo y "cargar las pilas" para comenzar el año de la mejor manera posible.
Pero, debe tener en cuenta ciertas recomendaciones para que este verano no sea peligroso.
La quemadura solar es el problema veraniego por excelencia. Cada día nos damos cuenta de que las radiaciones solares están provocando más problemas de piel, y que para evitarlas deberemos de moderar la exposición al sol, eligiendo horas en las que la radiación sea menos intensa y proteger nuestra piel con cremas solares de índice de protección elevado. Cada vez se habla menos del concepto clásico de corte de digestión y se maneja más el concepto de hidrocución.
Sea como fuere, trataremos de evitar el cambio brusco de temperatura corporal después de las comidas, respetando en la medida de lo posible el tiempo de digestión o, al menos, introduciéndonos poco a poco en el agua para no provocar un desplazamiento rápido de la sangre hacia nuestra piel.
La deshidratación o golpe de calor, aunque no se presenta con frecuencia, puede tener consecuencias muy graves. Tomen mucha agua, y en el caso de los niños, hay que ofrecerles agua frecuentemente.
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