¡Bienvenido! Sólo eso podemos decirle al año que hoy comienza, al que nos subiremos con las riendas bien trincadas, porque será como un brioso corcel, con un presupuesto muy restringido, que consume una canasta básica familiar con precios por las nubes, que se alumbra con una electricidad de tarifas galopantes, que tiene que enfrentarse al reto de la ampliación del Canal, de la puesta en vigencia de la ley del Seguro Social, del aumento del salario mínimo, de las reformas fiscales... ¡Ufff, apenas comienza el año y el corcel ya se ve agotado. Ojalá haya algo que le dé un respiro al pobre caballo. ¡Feliz año, amigos lectores!
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