Ayer sería su bautizo. El agente de la Policía Nacional, José García, de 23 años, se dirigía a su puesto de trabajo en San Francisco, pero la muerte le llegó cuando la moto que conducía chocó contra un vehículo y aunque quedó con vida, un autobús lo remató e irresponsablemente se dio a la fuga.

"Yo nunca creí que mi hermano iba a morir de esta manera, pero bueno, Dios sabrá por qué", expresó, tratando de ahogar las lágrimas, Teodoro García, quien dijo que en su corazón quiere pensar que todo es mentira.

José era el menor de ocho hermanos, residía en la barriada del Suntracs en Santa Librada, no tenía hijos, pero sí muchos deseos de servir a la patria en su profesión de policía.

José asistía a la iglesia y ayer sería bautizado en la iglesia Hosana. Su familia lo recordará como alguien cariñoso y que cumplía con su trabajo.