Tatiana junto a su hija, que pesó seis libras. Cada vez que le tomaban una foto, movía sus manitos. (Foto: ARNOLDO ZEBALLOS / EPASA)
Carolina Sánchez P.
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Bendición de Año Nuevo. Al llegar a la Sala de Maternidad del Hospital Santo Tomás (HST), nos encontramos con un concierto de llantos, de más de 20 bebés que nacieron ayer, uno de enero.
Cobijando a su bebita estaba Tatiana King, de 23 años, quien trataba de darle calor a su niña, a la que todavía no le pone nombre. El jueves en la tarde, ella se fue con su primera hija a donde su madre en Tocumen a pasar el Año Nuevo, pero la sorpresa vino cuando a una hora del Año Nuevo, empezaron las contracciones. Acompañada por una hermana fue a la Policlínica J.J. Vallarino y luego la trasladaron al HST, en donde a las 12: 51 a.m. nació la chichí. Ella vive en Cerro Batea.
Mientras, en la cama de al lado estaba Erilies Martínez, de 16 años, acurrucando a su bebé, quien fue el primer niño nacido en el mismo lugar, pero a la 1:05 a.m.
Acostada, Erilies agradeció a Dios de que el parto fue normal y que su bebé está bien. La madre primeriza pasó parte del 31 de diciembre con dolores, por lo que a las 12:00 a.m. de ayer, el Año Nuevo la tomó esperando a su bebé que nació una hora después.
Erilies vino desde el corregimiento de Veracruz en Arraiján y espera que le den salida hoy para que su familia conozca a su hijo.
El pequeñín, que aún no tiene nombre, dormía y estaba envuelto en una linda sabanilla verde y con pañales de dibujos.
Las madres que estaban en la sala expresaron que están agradecidas a Dios por sus niños, que se convirtieron en la primera bendición de este nuevo año.
AMOR
En la sala de puerperio normal (posparto), eran evidentes las muestras de amor de las madres hacia sus hijos, y éstos, al mínimo movimiento, reclamaban con llantos.