El Salvador, un ejemplo a seguir


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Las instalaciones de voleibol en El Salvador son apropiadas para la práctica de este deporte.

Foto: Archivo

  • El Salvador, un ejemplo a seguir

    Las instalaciones de voleibol en El Salvador son apropiadas para la práctica de este deporte.

    Foto: Archivo

  • El Salvador, un ejemplo a seguir

    Parte de las instalaciones.

    Foto: Laureano Barría

  • El Salvador, un ejemplo a seguir

    Parte del área de entrenamiento.

    Foto: Laureano Barría

  • El Salvador, un ejemplo a seguir

    Pasillos de las instalaciones.

    Foto: Laureano Barría

  • El Salvador, un ejemplo a seguir

    Además, la ciudad deportiva tiene una cancha de fútbol de playa.

    Foto: Laureano Barría

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    Parte de las instalaciones.

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    Parte del área de entrenamiento.

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    Además, la ciudad deportiva tiene una cancha de fútbol de playa.

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    Además, la ciudad deportiva tiene una cancha de fútbol de playa.

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    Además, la ciudad deportiva tiene una cancha de fútbol de playa.

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    Parte de las instalaciones.

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    Parte del área de entrenamiento.

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    Además, la ciudad deportiva tiene una cancha de fútbol de playa.

    Foto: Laureano Barría

Laureano Barría Moreno - DIAaDIA

Viajar a un país de Centroamérica que cuenta con pocos recursos económicos y conocer que el deporte forma parte de una política de estado, es algo que llama mucho la atención.

Este país es El Salvador, que cuenta con la mayor densidad poblacional de América Continental (6,251,495 habitantes), pero en donde el deporte es parte de la vida cotidiana de cualquier niño, joven y adulto.

Gracias a este interés y al incentivo que se vive en esta parte del continente, es fácil encontrar lugares como la Villa Centroamericana (hospedaje e instalaciones), construida para los XIX Juegos Centroamericanos y del Caribe, el Palacio de los Deportes (voleibol, baloncesto y boxeo) y otros coliseos deportivos que vienen a contribuir con la disminución del ocio en los más pequeños, cosa que en otros países complementa un PS3, la televisión, el cine, las redes sociales, entre otros.

En el caso de la Villa Centroamericana, es fácil ver que existe un compromiso consciente por mantenerlos en buen estado. Diez cubículos de seis habitaciones cada una, con aire acondicionado, dos cafeterías, comedores al aire libre y su respectivos baños, habla mucho de la apuesta que tienen los salvadoreños en cuanto a deporte se refiere.

La villa ocupa un terreno aproximado de dos hectáreas (20,000 metros cuadrados) y está ubicada en el residencial San Pedro, a las afueras de San Salvador, capital cuscatleca.

Conversando con el personal de mantenimiento, que se encarga de velar por el buen estado de esta infraestructura, los funcionarios -personas que reciben un pago mensual de menos de $400- comentaron que “no es fácil tener las cosas en orden”, ya que “todos los días entran y salen atletas tanto de El Salvador como de otros países, que vienen a competir en este sitio”.

El aseo no es cosa fácil. “Nosotros nos comprometemos con hacer el mejor trabajo posible, porque hemos visto que muchos atletas han conseguido medallas a nivel internacional, y aquí es donde entrenan y se hospedan”, fueron algunos de los comentarios que surgieron.

Instalaciones

Después de un recorrido que hiciera este medio por todo el edificio, se pudo conocer que existe un área para practicar boxeo (con su respectivo tinglado), dos tatamis para entrenar y competir en el taekwondo, además de un gimnasio completo para la gimnasia de piso y aparatos; también una cancha para voleibol y fútbol de playa, son algunas de las características que cumple esta Villa Centroamericana.

Algo muy importante es el hecho de que no solo se ejercita el físico, también debe ir acompañado del trabajo en las aulas. Para esto están habilitadas unas diez aulas, donde chicos desde edades tempranas hasta mayores reciben una orientación por parte de atletas con experiencia y profesores versados en la materia.

Otro aspecto muy importante por mencionar es que, a diferencia de otros países, cada federación tiene una pequeña oficina desde donde se hacen los planes para el futuro y se le da seguimiento a cada uno de los atletas.

Relación entre el Gobierno y el olimpismo

Todo esto (la Villa) es administrado por el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (Indes), que es la institución gubernamental que rige este departamento en esta parte de América Central.

Pero, ¿cómo es la relación entre el Indes y el Comité Olímpico de El Salvador (Coes)?

Hacemos la pregunta porque estos son los pilares del deporte en cada nación; de estar en disputa, puede ponerse en riesgo el futuro del atleta, que es el que más sufre.

Para despejar esta duda se conversó con la vicepresidenta del Coes, Vilma de Flamenco, y esto fue lo que dijo: “La relación es cordial. Cada uno sabe el papel que le corresponde y por el momento estamos trabajando en conjunto por el bien del deporte salvadoreño”.

Aunque no profundizó en el tema, la directiva reconoció que en el pasado “hubo algunas fricciones”, pero conforme pasa el tiempo se han ido subsanando por el bien del atleta.

Ayuda estatal

La segunda al mando del Coes resaltó que para que la Villa Centroamericana fuera una realidad, “el Indes aportó un aproximado de $200 millones para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2002”, por lo que se pudo construir una infraestructura de primer mundo.

“El Gobierno logró invertir el dinero para todas las federaciones y en todos los deportes”, manifestó de Flamenco, quien a su vez destacó que la universidad de San Salvador también salió beneficiada, porque “se reestructuró todo lo concerniente a las instalaciones deportivas”.

Alternativa para los jóvenes

Aunado a todas las inversiones del pasado, la dirigente adelantó que en su país no se quedan con los brazos cruzados. “Estamos viendo la posibilidad de crear un fondo para que tengamos la oportunidad de invertir en los atletas”, así explicó la idea que tiene en mente el Coes.

Es claro que el dinero del fondo antes mencionado beneficiará a todos, pero según la vicepresidenta, “una parte irá destinada a mantener las instalaciones, pero la mayoría será para las necesidades básicas de la gran cantidad de deportistas locales”, aclaró.

Conclusión

El Salvador, un país con necesidades que en otros países no se viven, es un claro ejemplo de que cuando tienes las instituciones deportivas caminando a la par, las cosas fluyen, y de esta manera la juventud tiene una alternativa para dejar los colores de su bandera en alto.

El Salvador se mantiene en el décimo puesto del medallero histórico de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Panamá, por su parte, está en el octavo puesto. La pregunta que surge es: Si en Panamá el deporte fuera parte de una política de estado, ¿en qué lugar estaría?

Lo cierto es que el pueblo cuscatleco sabe que su única salida para sus males es a través de la educación y el deporte.

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