¡Pobre Cristian Castro! Imagínense que el muchacho, muchas veces, se ve sometido a las decisiones de sus suegros, sólo porque su mujer depende de la decisión de sus padres.
Hace unos días, Cristian estaba escogiendo una casa y su esposa, Valeria Liberman, no se decidía hasta que sus padres dieron el visto bueno. Tanta fue la intromisión de los suegros, que fueron los encargados de decorar la nueva mansión de Cristian y Valeria, ubicada en Miami.
|