Otra vez salí a caminar, me senté a recordar lo triste de las pérdidas, lo mucho que uno se esfuerza por conservar todo, el ánimo por ejemplo y... Es tan fácil perderlo y tan difícil recuperarlo.
Muchas veces nos ponemos a pensar por qué las cosas se ponen tan difíciles, cuantas veces he dicho: "¿por qué a mí?". Hoy sentada en la plaza de siempre, me di cuenta de cuánta gente ya no se preocupa por otros, sólo por sí mismos, todos caminaban, algunos iban y otros venían nadie se detenía a verme, a nadie le importaba que estuviera con mis ojos llenos de lágrimas, nadie se detuvo a preguntarme qué me sucedía, mas todos seguían sus caminos...
Iban a sus trabajos, quizá a su casa, yo lloraba y ellos con el ceño rígido sin mirar a los lados sólo hacia delante, quizás en sus cabezas había preocupaciones, quizás no.
Después de mucho pensar regresé a casa y me di cuenta de que sólo yo podía ayudar a que mi ánimo mejorara.
Sólo trata de no volver a cometer el mismo error... Levántate cada mañana y sonríe, porque es la única forma de que tu día empiece bien.