Los exámenes visuales y auditivos son de gran importancia en la niñez y adolescencia. (Foto: Cortesia. / EPASA)
Dr. Denis Cardoze
| Psiquiatra de niños y adolescentes
Las revisiones periódicas de la capacidad visual de los niños, permite detectar defectos y corregirlos a tiempo.
Los trastornos físicos que más comúnmente afectan el aprendizaje son los defectos visuales, los auditivos.
La mala visión puede deberse a miopía, hipermetropía, astigmatismo o estrabismo. No incluiremos aquí a los niños que padecen de ceguera o de una pérdida visual suficiente como para necesitar una educación especial para estos casos.
La miopía consiste en una disminución de la visión lejana, o visión corta, debido a que el rayo de luz se proyecta, o converge, delante de la retina y no en ella lo que es causado por un alargamiento del globo ocular. Los niños con este defecto visual no logran ver bien las letras sobre el tablero desde donde están sentados, especialmente si están muy atrás.
En la hipermetropía sucede al revés, la luz se proyecta por detrás de la retina ya que el globo ocular es muy corto. La mala visión obliga al niño a acercarse mucho a los objetos o a los libros para poder enfocar mejor, dando como consecuencia
DIFICULTAD PARA LEER.
En el astigmatismo, debido a que la córnea tiene forma ovalada las imágenes se forman distorsionadas dando mala visión tanto lejana como cercana. El astigmatismo puede combinarse con la miopía o la hipermetropía. En el estrabismo hay pérdida del paralelismo de los ojos estando ambos o uno de ellos desviado hacia dentro, hacia fuera arriba o hacia abajo.
En el estrabismo se produce visión doble, disminución de la agudeza visual de un ojo respecto al otro, pérdida de la visión binocular y posiciones anómalas de la cabeza.
Todas estas condiciones que hemos descrito pueden ocasionar dolores de cabeza y cansancio además de los defectos de visión. Existen tratamientos adecuados para cada una de ellas y por eso es importante detectarlas temprano y referir al niño a una clínica oftalmológica.
Las revisiones periódicas de la capacidad visual de los niños, desde la etapa preescolar, en forma anual o bianual, permitirá detectar estos defectos y corregirlos a tiempo.
La medición de la capacidad auditiva es otro examen que se requiere con regularidad. Los niños pueden tener una audición defectuosa por congestión nasal y del oído medio después de resfriados o procesos alérgicos, así como también por obstrucción del oído con cerumen u objetos extraños. La medida de la audición es lo que se conoce como audiometría y nos da la capacidad auditiva en decibelios (dB). Se toma como normal una audición hasta 20 decibelios.