Lo que llovió fue bofetadas y trompones. Pamela Anderson se abrió paso a manotazos contra fotógrafos y camarógrafos que la asediaban a su llegada a Santiago de Chile, tierra a la que viajó para participar en un programa de televisión.
Anderson se enojó por la gran cantidad de cámaras que la enfocaban a la salida del aeropuerto de Santiago, al parecer, porque tras un largo vuelo desde Los Ángeles, no se sentía preparada para posar.
Anderson miraba hacia el suelo la mayor parte del tiempo y comenzó a lanzar golpes hacia adelante y a derecha e izquierda para tratar de liberarse del acoso, hasta que logró subir a la limusina.
La ex conejita de Playboy tenía el peinado desbaratado y medio rostro tapado por enormes anteojos oscuros y sin maquillaje cuando salió acompañada por los siete guardaespaldas que pidió para su estancia de dos días en Chile, que fueron reforzados por dos guardias del aeropuerto, pero aun así no se dieron a basto. ¡Qué feo!