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La costurera de la comarca
Eneida es una experta en la confección de faldones ngöbe buglé. (Foto: AGUSTÍN HERRERA. / EPASA)

Milagros Murillo F. | DIAaDIA

Hace diez años que Eneida Bejerano se dedica a la costura. Ella reside en la comunidad de Alto Guayabal, Comarca Ngöbe Buglé, en la provincia de Chiriquí y orgullosa contó que fue su madre quien le enseñó el arte de coser.

Fuera de su casa construida de cañazas estaba la joven, quien se confeccionaba un faldón color amarillo con detalles de colores. Eneida también sabe hacer las bolsas conocidas como chácaras, pero se dedica más a los vestidos, que cose en una máquina que con mucho esfuerzo logró comprar hace dos años.

Ella tiene una hija de 11 años y un varoncito de cuatro a quienes ha educado con mucho amor, incluso su niña, ya está aprendiendo a coser.

Los vecinos de Alto Guayabal le encargan ropa a esta joven, quien compra las telas y los hilos en el pueblo de San Félix. Si las personas llevan el material, la confección les sale en 15 balboas, pero si ella la pone cuesta un poquito más.

El esposo de Eneida se dedica a trabajar la tierra y gracias a su trabajo de la costura, ella le puede ayudar con los gastos del hogar.

DESEA APRENDER

El mayor deseo de Eneida es aprender a confeccionar faldas, camisas y pantalones para obtener más ingresos, pero no tiene quién le enseñe, pues las personas del área le cobran hasta 300 balboas.

TIEMPO

La confección de un vestido hecho a mano a veces dura hasta un mes.





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