Los panameños siempre nos hemos caracterizado por ser solidarios, prueba de ello es cuando se hacen colectas como la Teletón, cuando ocurre una desgracia como la de diciembre pasado en Chepo o hasta con otros países, por ejemplo, cuando el año pasado ocurrió el terremoto en Haití.
Allí, todo un país se une en brindar apoyo, en donar alimentos y vestidos, pero lastimosamente, esto no ha ocurrido en los últimos días.
Fueron muchos los llamados de las autoridades para la racionalización del agua, para que las personas hicieran buen uso del líquido que es imprescindible para la vida y que a causa de la turbiedad del lago Alajuela ha mantenido a lugares sin agua durante días y a otros con muy poca. Pero esto no importó, y para las fiestas de fin de año fueron muchas las familias que instalaron piscinas, decidieron lavar autos, pisos y cualquier otra cosa, botando galones y galones de agua.
¿Qué pasó aquí? ¿Dónde quedó esa empatía por quienes no pueden gozar del privilegio de tener agua en sus casa? Nadie les dice a las personas que no se diviertan dándose un chapuzón en la piscina, pues para estos días de calor es maravilloso, pero también hay que pensar en los demás.
Irónicamente, desde el lunes nuevamente hubo problemas en la potabilizadora y entonces sí que todos quedamos como gorgojos.
Ojalá y por lo menos el agua que tenían en las piscinas les haya servido para bañarse y hasta para hacer los oficios de la casa...