La actuación del seleccionado Sub-20 de Panamá, en el partido del pasado martes ante Canadá, dejó una buena impresión para los que presenciamos el encuentro.

Fue la primera vez que pudimos observar y analizar el desempeño del equipo en una prueba de nivel y ante un rival que siempre exigió.

Tal y como había insistido en manifestarlo el técnico Mendieta, miramos a un equipo capaz de darle otra gran alegría al pueblo panameño, pero que todavía necesita hacer ajustes en su juego colectivo.

Individualmente, es preciso destacar la actuación del chico melenudo, ese jovencito procedente de la comunidad de Paso Canoas Arriba en la frontera con Costa Rica, que poco a poco se ha ido convirtiendo en el cerebro del elenco, Luis Gallardo, quien una vez más mostró un excelente nivel futbolístico; pero, sobre todo, una condición física impresionante.

Asimismo, el buen trabajo del delantero David Arrue y el defensa Armando Gun, quienes siempre se mantuvieron como bujía del equipo, acechando y creando peligro en el marco contrario. Del resto, sólo queda exhortarlos a que sigan esforzándose más, pues se notó a un Cristhian Vega algo perdido y a un Buitrago con dificultades para entregar el balón.