Playas, ríos, piscinas, éstos son los escenarios propicios para disfrutar del verano 2005. Meses de mucha calor, aire y de intenso sol, el cual la gran mayoría de las personas lo aprovecha para broncearse y lucir una piel dorada ya que, supuestamente, resulta más atractiva que sin color; sin embargo, para eso debe esquivar los efectos nocivos del sol y usar bronceadores de alto índice de protección.
ALGUNOS CONSEJOS
Es importante utilizar un protector más alto del que se aconseja, porque con el uso se pierde gran parte de la protección. Hay que aplicar el producto 30 minutos antes de la exposición al sol, y utilizar más o menos unas seis cucharadas de producto para todo el cuerpo. Si utiliza menos, la protección disminuye. Hay que volver a aplicarse el producto cada dos horas. Los primeros días es conveniente hacerlo cada hora y después de cada baño. No asolearse durante las once y las cuatro de la tarde, ya que la radiación es más intensa durante esas horas. Evitar el uso de colonias, perfumes, jabones, pues el sol podría provocar alergias o irritaciones en la piel. Cuando salga del agua, debe secarse con una toalla, ya que las gotas de agua pueden actuar como una lupa y producir quemaduras o manchas. Aunque el día sea nublado es conveniente aplicarse crema protectora, puesto que los rayos atraviesan las nubes y llegan con la misma intensidad. No se puede utilizar un producto solar del pasado año si éste está abierto, ni siquiera si está sin empezar, ya que la estabilidad de la fórmula no se puede garantizar al 100 %. Una solución para aquellas personas que no resistan la exposición al sol, es la utilización de autobronceadores, utilizados desde hace más de 30 años y que después de muchos estudios se ha demostrado que no son perjudiciales para el organismo. El cuerpo debe estar complemente seco antes de empezar a broncearse. Si su cabello es claro, póngase un poquito de vaselina en la línea del cabello para evitar mancharlo.
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