Su amable atención, las delicias que vende y lo limpio que mantiene su lugar de trabajo, son la clave del éxito de Ronald Cárdenas, a quien encontramos vendiendo hot dogs en su puestito ubicado en Calidonia.

Ronald tiene 18 años y es un joven excepcional, pues a pesar de su corta edad, él solo decidió dedicar su tiempo libre a atender uno de los puestos de su padre, con el fin de ganar su propio dinero. "No me gusta estar dependiendo de nadie", asegura.

Por ser un área muy concurrida, Ronald sostiene que hace buena venta y que, además de ayudar en casa, saca algún dinerito para salir con sus amigos y su novia.

Pero no crean que Ronald sólo llega a atender y se va, este chico sabe muy bien las responsabilidades de un negocio. Desde las seis de la mañana se despierta para alistarse y salir de su casa en La Chorrera, luego llega a un local que tiene la familia en la Avenida Nacional, donde preparan todo lo que van a utilizar para los hot dogs y la chicha. A las nueve de la mañana está listo para la venta, hasta las seis de la tarde, cuando se va con su papá.

Claro, aún haciendo un negocio honrado, Ronald sueña con llegar a ser un profesional del derecho y está poniendo todo su esfuerzo en terminar su sexto año, para iniciar la universidad. Aunque Ronald es capitalino de nacimiento, lleva a Los Santos en el corazón y otra de sus metas es tener una finca en la tierra de sus padres. "Mi familia es de Los Santos, así que me gustaría seguir con la misma tradición de tener una finca", afirma.

Respecto al éxito de las personas, Ronald sostiene que la clave de todo es ser persistente, "aunque muchas cosas no te gusten o te salgan mal, tienes que seguir adelante y no rendirte".

POSITIVISMO

Aunque se considera tímido, Ronald, a los 18 años, ha aprendido cómo surgir para dar lo mejor de sí.