La caída del Barcelona no es casualidad, porque delante estaba un equipo completo, que en Liga de Campeones dejó avisos en Europa de que está para más y en la Copa del Rey le pegó en su casa al supercampeón. El Sevilla es un equipazo, es el Rocky Balboa del fútbol, un campeón que surge de la nada.
Las alarmas resuenan en todo el mundo. En España no es sorpresa. Perder 2-1 ante el Sevilla parece increíble, pero al que conoce la liga sabe que el poderío sevillista es de pegada.
Sorprendente ha sido que ayer no jugaron por los sevillistas el delantero titularísimo de Brasil en el Mundial, Luis Fabiano, y con él, uno de los mejores de África, Kanoute. Eso ha sido sorpresa, le puso más sal a la herida culé. Mientras Laporta politiza el club, usándolo de plataforma personal, los jugadores catalanes no tienen el hambre del año pasado, se nota ...algo ha cambiado..., la manzana sabe a pera y no es lo mismo.
El primer tiempo fue un 0-0 que prometía goles en su segundo acto, cosa que no falló. Se veía llegar, así son los equipos grandes cuando chocan.
SEGUNDO ACTO
Primero fue Capel, que con un golpe fantástico marcó el 1-0, que parecía encarecer las acciones sevillistas y subir todo optimismo visitante. El jugador agarró al equipo local semidormido tras el inicio de la segunda parte y mostró sus cualidades de torero, para matar al toro hipnotizado por el color rojo...
Más tarde sería la joya sueca quien marcaría el empate, al estilo Zlatan (minuto 73). Este poderoso atacante colocó la pelota en las redes, tras un buen pase de Márquez, que hacía recordar lo bueno que es este equipo. Nunca lo den por muerto.
Pero cuando el equipo catalán ya festejaba el gol de su segundo empate seguido en casa, llegó Negredo de penal y fusiló cualquier optimismo local. La falta dentro del área había sido a Capel.
Hay que reconocer que no jugó el equipo titular del Barcelona. Que estaba con las bajas africanas y sin Xavi. Pero, más bajas tenía el Sevilla que no uso a Fabiano, ni Kanoute. Ahora todo se define en el partido de vuelta. El Sánchez Pizjúan será el testigo de esta saga en octavos de final de la Copa del Rey.
DERROTA
La última derrota sufrida por el Barcelona había sido propinada el año pasado por Rubín Kazán en la Liga de Campeones.
