Sandro murió en el Hospital Italiano de la provincia de Mendoza, 1.100 kilómetros al oeste de Buenos Aires, donde el 20 de noviembre se sometió al doble trasplante.
Aunque en los días posteriores a la compleja cirugía mostró una franca mejoría, una infección bacteriana fue complicando paulatinamente su salud y tuvo que someterse a seis operaciones, hasta que pereció como consecuencia de un shock séptico.
Los fanáticos que permanecían apostados en la puerta del Hospital Italiano desde cuando corrieron las primeras noticias sobre el agravamiento de la salud de su ídolo, rompieron en llanto cuando su médico personal comunicó su deceso.
Sandro fue un empedernido fumador de cigarrillos, vicio que derivó en Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), diagnosticada más de una década atrás.