Fue como una lucha contra el tiempo, no obstante, pudo más la calidez humana. Más de 500 niños y niñas esperaban por un agasajo en la comunidad Río Indio Los Chorros, en el corregimiento de Cirí Grande de Capira, pero el lodazal hizo de la suyas y trató de opacar todo lo planeado.

Para llegar a este poblado montañoso se entra por El Espino de La Chorrera. Desde allí más de una decena de autos partieron con voluntarios y miembros del Club de Leones de Capira con el único objetivo de llevar alegría a aquellos pequeños, pero a lo largo de las tres horas de camino se fueron quedando carros en la estropeada carretera. Aunque se sabía que si llovía podía pasar lo peor, no se desistió de la idea, debido a que la mayoría de estos niños salieron desde sus casas en horas de la madrugada para decir presente a esta cita.

A pocos minutos del punto de encuentro, los padres de familia aparecieron para ayudar a empujar y halar los autos, pues conocen su comunidad y estimaban que había tramos muy difíciles. Y en efecto fue así. Al menos quedó la satisfacción de que estos niños y niñas de la montaña capireña estaban felices de recibir un regalo, de pegarle a la piñata, de saborear refrescos y golosinas, además de quedarse en sus corazones y en su mente con buenos recuerdos del inicio de este año.

En la cocina de la escuela, las madres de familia trabajaban como hormiguitas. Sin embargo, alcanzó para más de 600 personas y todas colaboraban en que el sancocho alcanzara para los invitados y que el arroz con pollo lo probaran todos los moradores.

Personal de la emisora La KY 92.5 se sumaron a esta iniciativa del Club de Leones de Capira, pues aunque han organizado fiestas de Navidad en la capital, no habían tenido la acogida como la percibieron de estos niños campesinos.

Se quiso tomar fotos de los niños con sus regalos, pero para sorpresa nuestra, la mayoría tiende a guardar los juguetes en sus paquetes y abrirlos en casa, incluso algunos los dejan como adornos.

SERVICIALES

La iniciativa fue respaldada por el Club 4x4, Almacén Candela, Orange, Glidden, entre otros, que tuvieron la oportunidad de convivir con estos niños en el terreno.