El actor John Travolta y su esposa, Kelly Preston, pasan por el peor momento de su vida. Ayer llegaron a Florida (Ocala) con las cenizas de su fallecido hijo, Jett.

El cuerpo del joven de 16 años fue incinerado el lunes en Bahamas.

Según fuentes familiares, el funeral de Jett podría celebrarse hoy, pero no se ha confirmado y se desconoce dónde tendrá lugar.

Los resultados de la autopsia del cadáver no han sido dados a conocer, aunque diversas fuentes cercanas a la familia explicaron a medios de comunicación de EE.UU. que se mantiene la tesis de que la muerte se pudo deber a un ataque epiléptico.

Sin embargo, en el certificado de defunción de Jett aparece que fue un "ataque", así dijo un funcionario de una casa funeraria bahameña.

Glen Campbell revisó el certificado como director adjunto de la funeraria encargada de los restos del hijo del actor.

Campbell dijo que el documento no proporcionaba más detalles sobre el súbito deceso del adolescente.

El joven tenía un largo historial de ataques originados, según sus padres, por la enfermedad de Kawasaki, que causa la inflamación de los vasos sanguíneos y que padeció cuando era un niño.

El actor y su mujer, Kelly Preston, tienen otra hija de ocho años llamada Ella.

"Jett fue el hijo más maravilloso que dos padres podrían haber pedido e iluminó las vidas de aquellos con los que se encontró. Estamos con el corazón destrozado", afirmó Travolta en un comunicado hecho público el domingo.