El rorcual, de 20 metros de largo y 60 toneladas de peso y que apareció muerto el pasado 31 de diciembre en una zona rocosa del cabo Matxitxako, Vizcaya, es arrastrado por un remolcador que sigue dando vueltas en el mar en las proximidades al cabo, al no recibir permiso aún para atracar en el puerto.
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