Un área turística. El Terraplén ya no es el mismo, pues los cambios que se han hecho, por la construcción de la Cinta Costera, dan un nuevo aspecto al lugar.

De esos cambios da fe Andrea Najar, fiscal de la Asociación de Buhoneros del Terraplén, quien tiene un puesto desde hace doce años en el área. Ella recuerda que cuando llegó al Terraplén, todavía existía el Mercado Público, los 125 puestos eran de madera. También que los barcos se pegaban a la pared del Terraplén a descargar sus productos.

La microempresaria anhela los tiempos en los que el Terraplén era un hervidero de personas que venían de todas partes del país a hacer sus compras, ya que allí se encontraba lo inimaginable.

En la actualidad, ya no existe el Mercado Público, las famosas gallineras tampoco están y el Muelle Fiscal está siendo demolido. Ahora, una moderna Cinta Costera con calles anchas, ciclovía, dan un toque distinto al lugar, hasta los edificios donde están las famosas cantinas como La Bocatoreña, La Mayor, entre otras fueron pintados.

Lo que más extraña Andrea, de aquella época de antaño, son las jugosas ganancias que podía obtener en su negocio. Lastimosamente, siente que lo moderno no ha sido bueno para ellos, porque ya la gente no frecuenta el lugar como antes, lo que ha provocado que sus ventas hayan bajado considerablemente.

Sin embargo, esto no le preocupa, ya que es consciente de que ellos también tendrán que dejar el lugar en poco tiempo para dar paso a los cambios que faltan por hacer.

Al igual que esta microempresaria, el resto de los buhoneros están descontentos, porque la época dorada del Terraplén se está extinguiendo poco a poco. Si no ha visitado el Terraplén, es mejor que se apresure porque, dentro de poco, nada se parecerá a lo que una vez conoció.

BUHONEROS

La modernidad está llegando al Terraplén, sin embargo, los buhoneros no están a gusto, porque sus ganancias disminuyeron.