A Deida se le quemó toda la ropa de sus hijos, también se incendiaron los uniformes y los útiles escolares. (Foto: JESÚS SIMMONS/ ARNOLDO ZEBALLOS / DELFIA CORTEZ. /EPASA)
Jesús Simmons y Delfia Cortez
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Lo perdió todo. La unión de unos varones de la iglesia y de los vecinos de calle Esperanza, tercera etapa, en Cerro Cocobolo, San Miguelito, fueron la clave para que la casa de Deida Vélez, de 30 años, no se quemara en su totalidad.
Eran las 6:30 a.m. de ayer cuando Deida notó que su casa se estaba quemando, por lo que empezó a gritar y llamar a los vecinos. Aunque todo lo que tenía en el pequeño cuarto se quemó, está contenta porque sus cuatro hijos están sanos y salvos.
Lo que más admira Deida es el valor de las personas que la socorrieron, pues en ese momento no había agua en la comunidad; sin embargo, esto no fue impedimento para que apagaran el incendio. Solo desea que las autoridades la ayuden a conseguir todo lo que perdió en el siniestro.
OTRO INCENDIO EN COLON
Entretanto, el olor a humo y el calor de la candela levantó a la familia Anaya Catuy, residente de Las Palmeras, en el residencial José Dominador Bazán, corregimiento de Cristóbal, en Colón. Pero Jacinta de Catuy no se había percatado del siniestro y resultó con quemaduras en el rostro y brazo. También el abuelo de la familia Vicente Catuy se cortó en el brazo al salir.
Se cree que un corto circuito fue la causa del siniestro.