
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
La muñeca de la pequeña Edilsa.
Edilsa Acosta, con tristeza, pide ayuda.
En esta vivienda ocurrió la tragedia.
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
La muñeca de la pequeña Edilsa.
Edilsa Acosta, con tristeza, pide ayuda.
En esta vivienda ocurrió la tragedia.
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
La muñeca de la pequeña Edilsa.
Edilsa Acosta, con tristeza, pide ayuda.
En esta vivienda ocurrió la tragedia.
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
La muñeca de la pequeña Edilsa.
Edilsa Acosta, con tristeza, pide ayuda.
En esta vivienda ocurrió la tragedia.
Edilsa Acosta y su prima Xiomara Bejerano recuerdan con tristeza la partida de este mundo de la pequeña “Wichi”.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
La muñeca de la pequeña Edilsa.
Edilsa Acosta, con tristeza, pide ayuda.
En esta vivienda ocurrió la tragedia.
Un angelito se fue. El dolor de una madre al perder a un hijo no se podía disimular en el semblante de Edilsa Acosta, de 30 años; sus ojos aguados y su voz entrecortada eran suficientes, pues su pequeña Edith Lineth Acosta, de seis años y quien sufría de parálisis, murió ahogada en su propia vivienda el domingo a las 4:00 p.m.
Xiomara Bejerano, de 35 años, prima de Edilsa, cuida todos los días a las dos hijas de la joven madre, cuando esta se marcha al trabajo. Con las manos en la cabeza, recordaba Xiomara la triste escena: como siempre puso sentada en un “cooler” a la niña de seis años para bañarla, allí permanecía tranquila, ya que su parálisis cerebral le impedía hablar y moverse con facilidad.
La bebé de un año se había ensuciado, entonces Xiomara fue a lavarla en la pluma trasera de la casa y dejó a Edilsa Lineth, a quien nombraban de cariño “Wichi”, sola en el “cooler”, sin pensar que sucedería una tragedia, pues al regresar su corazón sufrió un sobresalto cuando vio que la pequeña había perdido el balance y su cabeza estaba en el agua. De inmediato llamó al 911, cuyos unidades llegaron en 20 minutos al cuarto de alquiler 3051 en Monte Oscuro, distrito de San Miguelito.
Los paramédicos trataron de salvar a la niña de seis años, pero perdió el pulso y murió. A las 7:00 p.m. del domingo, el Ministerio Público sacó el cuerpo sin vida del ángel que Dios mandó a buscar: a la callada y tranquila Edilsa.
Pide ayuda
La señora Edilsa Acosta labora como guardia de seguridad y hace cuatro años salió de la comarca Ngäbe-Buglé, en la provincia de Veraguas, para llegar a la capital en busca de mejores días, pero ahora perdió a su hija y desea darle sepultura en su pueblo. Ella pide a las autoridades que le ayuden con los gastos fúnebres de su pequeña.