Amigos inseparables. Otra vida destruida fue la de Felipe Franco, de 64 años, quien con apenas 17 años recibió un impacto de bala en la cabeza, lo que lo obligó a empezar de cero.

Como si fuera un niño, Felipe tuvo que aprender a hablar y a leer nuevamente si quería volver a tener una vida normal.

Hoy vive con su madre en San Pedro en Juan Díaz y recibe la módica pensión de B/100.00 mensuales.

Pero si algo bueno salió de aquella gesta patriótica del 9 de Enero fue que Alfonso, Felipe, Milciades y Claudio se convirtieron en amigos inseparables.

Reunidos en la casa de Felipe en San Pedro, "los cuatro mosqueteros", como se hacen llamar, recordaron que se conocieron en el hospital cuando estaban todos llenos de plomo.

Esa gran amistad y el respeto que tienen por sus 22 compañeros que perdieron la vida aquel fatídico día han hecho que se reúnan todos los años para conmemorar la gesta histórica en la que participaron.

Lo que más les apena es que la mayoría de los panameños no le den la importancia al gran valor que tuvieron para defender el pabellón.