La llama eterna está rodeada por 22 columnas. En cada una está inscrito el nombre de cada uno de los mártires del 9 de enero de 1964. (Foto: Alcides Rodríguez y Jesús Simmons / EPASA)
Kathyria Caicedo
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Siempre respeté las aulas del Instituto Nacional, al que ayer vi con otros ojos, no como un Nido de Águilas, sino de historia. Sus paredes guardan los recuerdos, los secretos, las vivencias y las luchas de miles de estudiantes. Hace 44 años, allí nació la iniciativa de izar el pabellón en el territorio "extranjero" (Zona del Canal).
AFLORAN LOS RECUERDOS
Varios fueron los actos conmemorativos para recordar la gesta patriótica, pero el que se hizo en el Aula Máxima del Instituto Nacional estuvo cargado de nostalgia. Gabriel Despaigne, parte de la promoción del 1964, repasó en cada escalón los años que estudió en la primera institución educativa de alto nivel de Panamá. Pero, al ingresar al balcón, desde donde se dirige el acto cívico, miró la campana y su rostro brilló. Enseguida comenzó a contar cómo era en aquellos tiempos. "Tilín tilín tilín tilín..." sonaba la campana. Se oían los gritos: "Asamblea general, Asamblea general".
Recuerda Despaigne que "todos los muchachos salían de sus aulas y se ponían abajo a esperar, ahí les anunciábamos siempre lo que sucedía; luego se procedía a una salida hacia las calles en una manifestación".
PROHIBIDO OLVIDAR
Así como ese, mil recuerdos más, incluyendo aquel 9 de enero, cuando Ascanio Arosemena fue el primero en perder la vida. Su madre Marcelina Chávez de Arosemana se ha convertido en eje principal de los actos conmemorativos, y ayer no fue la excepción. Fue ella la encargada de encender la "llama eterna" en el monumento a los mártires del 9 de enero, ubicado en el Centro de Capacitación Ascanio Arosemena, antigua Escuela Balboa, donde se originaron los incidentes de ese día.
SERA ETERNA
Tal como su nombre lo indica, esta llama será eterna, pues según se informó, funciona mediante un sistema a gas, que mantendrá la llama siempre vibrante. Aunque una fuerte brisa la apaga, enseguida volverá a flamear. Tal como esa llama debe ser el recuerdo de cada uno de los mártires de esa fecha y, sobre todo, las consecuencias que trajo su iniciativa, entre ellas, la principal: la firma del Tratado Torrijos-Carter, en 1977.
SIGUE LA DISCONFORMIDAD
Aunque el Estado no reconozca económicamente a los sobrevivientes, Claudio Márquez recibe 30 dólares y ahora solicita una pensión de 200 dólares.
Por su parte, Alfonso González, quien fue declarado Hijo Meritorio del distrito de Panamá, recalcó que espera que el próximo año se conmemore el Día de los Mártires en la fecha que corresponde, sin días puentes. Esa misma opinión la tenían varias personas, como Carlos Rafael Arrieta, rector del Instituto Nacional durante la gesta patriótica, quien considera que los que tomaron esta decisión "apátrida" quieren hacer del panameño un legionario del nacionalismo.
NO FALTO
Aparte del Himno Nacional, la otra canción que más se entonó fue el Himno del Instituto Nacional.