La tierra de la eterna primavera volvió a relucir. El aroma a café y el olor de las flores se conjugaron en esta XXXVII versión de la Feria Internacional del Café y las Flores en Boquete para recibir a los miles de visitantes.

Un bajareque se hizo sentir para dar el toque final al gran evento ferial que este año tiene nuevos diseños en sus jardines, una particularidad completamente diferente.

La furia del río Caldera el pasado 22 de noviembre dio un cambio radical a la maqueta inicial que este año el Patronato se había trazado llevar a cabo.

El moderno diseño de los jardines quedó reducido a escombros y a través de los padrinos de jardines lograron hacer una reingeniería de toda la feria para presentarla al público visitante.

Este año se espera la asistencia de 100 mil personas motivadas por la curiosidad de conocer qué pasó con el gran evento ferial internacional y cuáles fueron los daños que dejó este impotente río.

Los expositores llegaron a presentar sus productos de diferentes parte del país y Colombia, por lo que no escatimaron esfuerzo para decir presente en esta feria.

Además llegaron artesanos procedentes de la Comarca Ngöbe Buglé para vender las tradicionales chácaras y las nahuas.

A parte de las artesanías, también se exhiben las diferentes variedades de café de exportación que se cultiva no sólo en Boquete, sino en el sector de tierras altas que es parte tradicional de esta feria internacional.