Lágrimas, pero de felicidad. El rostro de doña Norberta demuestra que su vida ha sido difícil y que pocos son los momentos de alegría que ha disfrutado.
En los últimos nueve meses se ha desvelado, sufrido y llorado al ver a su hija Esther en una cama, tras sufrir un derrame cerebral, cuatro meses después de dar a luz al último de ocho hijos.
El pasado miércoles, DIAaDIA publicó una nota sobre la tragedia de Esther. Tan sólo tres días después y gracias al aporte generoso de varias personas, viajamos hasta el hospital de Las Tablas para sacar una sonrisa a esta mujer de la campiña interiorana.
Doña "Ruper", como le llaman en el hospital de Las Tablas, estaba ansiosa, pues le habían "soplado" que le entregarían algo en horas de la mañana. "¿Y el muchacho no ha llega'o?", preguntaba con insistencia a las enfermeras de turno.
Sólo transcurrían unos minutos después del mediodía, cuando arribamos al centro médico. Sentada en el taburete desde donde vigila cualquier movimiento de su hija, doña "Ruper" se quedó asombrada al ver la cantidad de paquetes que eran colocados en su cuarto.
Varias cajas de comida, colchones, juguetes, bicicletas, toallas, sábanas, almohadas, ropa para niños y el compromiso de construir una casa nueva para toda la familia recibió ese mismo Día de Reyes.
Doña "Ruper" cerró los ojos, mientras Esther, desde su cama, abría los suyos como si supiera lo que pasaba. Llenó de bendiciones a los que se tocaron el corazón para ayudarlos.
AGRADECIDA
Doña Ruper bendijo a los que hicieron posible este sueño: Directivos de EPASA, colaboradores de Elektra Noreste, MIVI, Bicicletas Rali, Alcaldía de Panamá y amigos.
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