Con los niños traviesos hay que ser constantes en el comportamiento, sin dejar de alabarlos. (Foto: Cortesia. /EPASA)
Pilar Lara
| Psicóloga
Los niños traviesos, con demasiadas energías, son todo un reto, pero hay maneras de enseñar a tu hijo a controlarse.
Todos los niños pequeños se ponen ansiosos cuando no saben lo que va a pasar después, pero la mayoría de niños enérgicos necesitan que les expliques los eventos que van a acontecer con un nivel de detalle que te puede llegar a sorprender. Cuando es hora de irse del parque infantil y tu hijo de 2 años se tira al piso gritando, seguramente es porque no sabe bien lo que va a ocurrir después. Dile con detalle: iremos al auto, manejaremos hasta la casa, allí nos encontraremos con papá y comeremos pasta para cenar.
Recuerda que para los niños de entre 1 y 2 años, las palabras no siempre son suficientes. Puedes decirle "Papá te recogerá de la guardería esta tarde", por ejemplo, pero es posible que se olvide de ello durante el día. En este caso, puedes pedir a las cuidadoras del centro infantil que le recuerden más tarde del día que papá será quien lo recoja.
HABLA CON CLARIDAD Y SE CONSTANTE
Los niños enérgicos necesitan la seguridad y la constancia de reglas claras, así que es importante establecer límites. Si la hora de la siesta siempre es después de la hora de comer y tu niño te hace una escena, sé firme y muéstrate segura de ti misma cuando le hagas dormir la siesta. Si no permites que mire videos después de cenar pero le permites que mire un video "sólo por esta vez", mientras hablas por teléfono, te pondrá a prueba y te pedirá con más insistencia que le permitas mirar un video durante el resto de la semana.
MANTEN CONTACTO FISICO
Mientras los niños avanzan hacia su independencia, siguen necesitando una conexión contigo. Quizá tu hijo pequeño quiere que le acaricies la espalda antes de dormir o le guste acurrucarse contigo en una mecedora por la mañana. Déjale que traiga juguetes a tu dormitorio para que pueda jugar cerca de ti mientras te vistes para ir a trabajar. En la guardería, siéntate con él en el piso hasta que se integre con el grupo.
RECONOCE SUS SENTIMIENTOS
Habla con tu hijo acerca de por qué comienza a perder el control y hazle saber que no es el único que a veces se siente abrumado por emociones difíciles. Prueba a decirle "las personas y el ruido te están molestando, y también me molestan a mí. Nos iremos de la tienda en cuanto pague estos zapatos".
PREMIA SU BUEN COMPORTAMIENTO
No temas que se le suban a la cabeza tus alabanzas. Apoya siempre sus esfuerzos con mensajes positivos: "Gracias por salir de la bañera cuando te lo he pedido" o "Realmente has conseguido hablar en voz baja en casa de Pedro hoy". Procura nunca perder la oportunidad de alabar el comportamiento que intentas enseñarle.
PROCURA NO ETIQUETAR
Lo más importante es que procures observar cómo describes a tu hijo pequeño. El "niño difícil" que además es "cansador" y un "llorón" también es un niño enérgico que es constante y sensible, dos virtudes que se admiran en los adultos. Usa etiquetas positivas cuando hables de tu hijo con familiares y maestros, y también ellos llegarán a ver sus virtudes.