Con la llegada de un bebé, muchas son las personas que sienten las ganas de ir a visitar a la nueva madre y a su criatura. Visitas que aunque usted no lo crea, también tienen algunas normas para no afectar a la madre y al niño.

Por eso, para que no peque de imprudente, lea lo siguiente:

No se ponga a dar consejos a los nuevos padres, a menos que éstos se los pidan. Tampoco aburra a la madre y a los demás invitados con historias de sus partos.

Si quiere cargar al bebé, pida permiso a la madre y lávese las manos.

Entre más tarde llegue a visitar a la nueva madre, menos tiempo debe quedarse, pues seguramente ya estará cansada de todo el día de visitas.

Tenga mucho cuidado con su tono de voz, los hospitales son lugares donde se requiere silencio, evite gritar o reírse muy fuerte.

Cuando la nueva madre ya esté en su casa y quiere ir a visitarla, debe hablar primero y preguntar si no hay ningún inconveniente con que vaya.

No vaya a visitar a la nueva madre a su casa el primer día que salió del hospital.

Cuando llame para preguntar si puede ir a visitar a la nueva madre a su casa, sea educado y pregunte si se le ofrece algo de la calle.

Si usted es la madre que acaba de tener un bebé y en algún momento se siente incómoda con las visitas o desea descansar o dormir, no tenga pena de comunicarlo a sus invitados, eso sí, de manera amable, ellos lo entenderán.

Si va a enviar flores, cuide que no tengan un aroma muy fuerte.

Tenga cuidado a la hora de llamar por teléfono para que no vaya a despertar a la mamá. No debe ser ni muy temprano en la mañana ni muy tarde en la noche. Si cuando llama, el doctor está en el cuarto, debe colgar de inmediato y llamar más tarde.

Cuando esté de visita en el cuarto y entra una enfermera, el doctor o hay mucha gente en el cuarto, es prudente salir un rato y regresar más tarde cuando haya menos gente.

Si está enferma o sospecha que va a enfermarse, es mejor no ir a visitar a la nueva madre, hable por teléfono y explique sus razones.