
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es una gran atleta.
Es muy estricta cuando enseña.
Dicta clases privadas de karate y aeróbicos.
Le gusta enseñarle a los niños.
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es una gran atleta.
Es muy estricta cuando enseña.
Dicta clases privadas de karate y aeróbicos.
Le gusta enseñarle a los niños.
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es una gran atleta.
Es muy estricta cuando enseña.
Dicta clases privadas de karate y aeróbicos.
Le gusta enseñarle a los niños.
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es una gran atleta.
Es muy estricta cuando enseña.
Dicta clases privadas de karate y aeróbicos.
Le gusta enseñarle a los niños.
Lilia es muy disciplinada y entrena fuerte.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Lilia es una gran atleta.
Es muy estricta cuando enseña.
Dicta clases privadas de karate y aeróbicos.
Le gusta enseñarle a los niños.
Las artes marciales son su vida. De niña Lilia González, de 40 años, era muy peleona, por lo que para tener autocontrol y dominio empezó a practicar karate, específicamente el estilo shotokan.
Su disciplina y entrenamiento la han llevado a convertirse en cinturón negro primer Dan, después de 29 años de practicar este deporte, pues empezó cuando apenas tenía 11 años.
Además practica desde hace dos años kendo, arte marcial japonés moderno en la Universidad de Panamá. También ejecuta la lucha olímpica, instructora de aeróbicos, y por si fuera poco da quiromasajes.
El deporte la ha llevado lejos, ya que ha representado al país con el kendo en Costa Rica y con el karate ha estado en todas las provincias.
Todas estas disciplinas le han servido a González, pues ahora tiene más control, disciplina y humildad, lo que la han convertido en mejor persona.
Pero sus conocimientos no son solo para ella, pues dicta clases de aeróbicos en el cuartel de Policía ubicado en Santa Marta, San Miguelito.
Además enseña karate a los niños de Cerro Cocobolo, San Miguelito, en las actividades de Verano Feliz que lleva a cabo la Zona de Policía de San Miguelito.
Uno de sus más grandes sueños es poder implementar el kendo en Panamá. Adicional, llevar todos los aeróbicos y combatir o controlar la obesidad en los panameños.
Otra de sus metas para el futuro es tener su propio gimnasio, en el que enseñaría karate, kendo, aeróbicos, lucha libre y otras disciplinas deportivas a todo el que desee aprender, especialmente los niños, porque es de la creencia de que el deporte aleja a los niños de la delincuencia.