Un envenenamiento no necesariamente tiene que ser con una sustancia tóxica o veneno. Un niño puede envenenarse si toma una cantidad grande de alguna medicina. Por eso, debe tener ciertos cuidados para evitar este tipo de accidentes.
SINTOMAS DE ENVENENAMIENTO
Manchas u olor en el aliento, piel o ropa del niño. Repentinos cambios en el comportamiento, tales como soñolencia, dolor de estómago, miedo. Náuseas y vómitos.
CONSEJOS
Mantenga todos los productos que no sean comestibles en sus envases originales (nunca pase un producto de limpieza a un frasco de alimentos ni a una botella de refresco) y guárdelos siempre fuera del alcance de los niños. No olvide guardar las medicinas bajo llave. Con frecuencia, los antídotos que se recomiendan en las etiquetas de algunos productos tóxicos son obsoletos o ineficaces. Es preferible abstenerse de administrarlos hasta que un médico determine si conviene hacerlo. No tome medicinas en presencia de niños pequeños, como a ellos les gusta imitar a sus mayores, podrían ingerirlos e intoxicarse. Hable con sus hijos sobre las medicinas, acláreles para qué sirven y nunca les diga que cierta medicina que deben tomar sabe a dulce. Si es posible, trate de evitar darles medicamentos que en realidad sepan así, como algunas vitaminas. Si encuentra un envase de medicina sin etiqueta, tire el contenido inmediatamente a la taza del excusado. Cuando deba tomar una medicina por la noche, anote previamente la dosis en la etiqueta y encienda la luz al momento de tomarla. Limpie su gabinete de medicinas regularmente. Tire prescripciones viejas en el inodoro. Los niños son muy curiosos y pueden investigar cestos de basura u otros recipientes dejados en el piso. Hay momentos precisos en los cuales se deberían tomar precauciones extras. Estos incluyen: cuando hay visitas en casa, después del nacimiento de un nuevo bebé, cuando hay una enfermedad o fallecimiento en la familia. En estos momentos, los niños pueden sentirse excluidos y pueden tratar de llamar la atención por medio de travesuras.
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