Con mucho sacrificio y sudor, levantó su pequeño negocio para llevar el sustento a su hogar.

La señora Nilsa Abadía, que durante muchos años trabajó en casa de familia, a través del esfuerzo logró poner lo que tanto anhelaba: un negocio de ventas de comidas.

Nos cuenta que para tal propósito empezó invirtiendo 100.00 balboas, que le sirvieron para vender chichas y frituras.

Más adelante, sus propios clientes ya le pedían almuerzos, así fue como empezó a crecer y comenzó, en ese entonces, a vender 40 platos por día.

Hoy en día, tiene sus propios clientes que disfrutan de sus ricos desayunos y almuerzos a precios módicos.

Este kiosco está ubicado frente al hospital Gorgas, próximo al Ministerio de Salud en Ancón. Su hija Nilsa, que estudia en un colegio nocturno, la ayuda en la cocina.

Entre los platos favoritos de sus clientes están los mariscos y el pescado frito.

Su mayor anhelo es que su negocio crezca para poder vender de todo.