Ven cómo se cae a pedazos. Los vecinos del caserón 852, ubicado entre calle 8ª y 9ª San Felipe, corren peligro, ya que los derrumbes de este inmueble, que fue clausurado el miércoles, los sigue afectando.
La seguridad de Josefa Reyes, de 98 años, y Dionisia González, su yerna, está en riesgo, ambas viven en el inmueble contiguo, el 838, al que le caen pedazos de concreto de la pared trasera del baño de la casa 852, justo en su cuarto.
Por segunda vez, sintieron el crujir del vetusto inmueble, por eso las que más se atemorizaron con el desmoronamiento de las estructuras fueron ellas.
Son conscientes de que el inmueble se caerá en cualquier momento, porque puede colapsar.
La cosa se agrava, porque Josefa no puede caminar y ve poco, y en medio del peligro podría salir lastimada.
Los residentes del caserón 852, que está condenado, ya fueron notificados de que deben desalojar. Con la mediación de la oficina del Casco Antiguo, las 8 familias que habitan este caserón se reunieron con el propietario y se les propuso indemnizarlos con 300 dólares y reubicarlos por un mes en el Hotel Herrera, mientras buscan una vivienda adecuada. El estudio socioeconómico determinó que 6 de las familias, aplican para una casa en el sector privado.
Rosina Jaspe, quien habita uno de los cuartos del caserón 852, es consciente de que vive allí bajo su propio riesgo, pero tiene 45 años de residir en el lugar. Aún no sabe dónde vivirá con su familia cuando la desalojen. Las maderas rugen al paso de las personas, el zinc ya no aguanta el agua y los baños están en pésimas condiciones.
PELIGRO
El área del caserón fue acordonada con una cinta amarilla, para advertir el riesgo que representan las estructuras.
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