El inicio de una nueva vida es, tal vez el evento más maravilloso en la convivencia de una familia. Los padres esperan con ansias a su nuevo bebé y unos meses antes inician los preparativos necesarios para que la llegada del recién nacido a casa sea organizada y sin contratiempos. Días antes del nacimiento, podemos sentir que tenemos todo descifrado y listo: el cuarto del bebé, su ropita, mamaderas, sabanitas, en fin, lo necesario para que el bebé se sienta cómodo y bien atendido.
Estos preparativos son muy importantes y ayudan a la familia a hacer un espacio mental y físico para recibir y cuidar al bebé. Sin embargo, una vez que tenemos a esta personita en casa nos vamos dando cuenta que no todo está tan claro y organizado como pensamos, hay muchas cosas que no sabemos cómo hacer y que tenemos muchas preguntas acerca de cómo cuidar a un miembro tan importante.
LO QUE EL BEBE PUEDE HACER
Cuando el bebé nace, aprende a relacionarse con su medio ambiente a través de sus cinco sentidos y de la relación con su madre u otras personas que cuidan de él. Aunque las relaciones con las personas son la fuente principal a través de las cuales el bebé recibe información acerca de sí mismo y de su medio ambiente, los sentidos también son parte integral de su desarrollo. A continuación detallamos cómo utiliza el recién nacido cada uno de sus sentidos durante los primeros meses de vida.
LA VISTA
El recién nacido puede centrar su atención en objetos no muy cercanos. Luego de un tiempo se aburre y busca otro punto de atención. Prefiere mirar caras humanas, en especial la de su madre. Le gusta seguir con la vista cosas en movimiento. Prefiere los colores vivos y los contrastes (blanco/negro/rojo).
EL OIDO
Es capaz de oír desde antes del nacimiento. Responde a voces, especialmente, a la de la madre. Se tranquiliza al escuchar música suave y otros sonidos reconfortantes. Se sobresalta ante ruidos fuertes y repentinos.
EL OLFATO
Reconoce diferencias en los olores. Reconoce el olor de la madre y de la leche materna. Utiliza el sentido del olfato para encontrar la fuente de alimentación. Reacciona ante olores fuertes o desagradables.
EL GUSTO
Diferencia sabores dulces, salados y amargos; prefiere los sabores dulces. Reconoce el sabor de la leche materna. Reacciona ante sabores amargos (medicamentos).
EL TACTO
La piel es fuente de muchas sensaciones para el bebé. Se siente a gusto cuando lo tocan, acarician, abrazan y masajean. Se tranquiliza con movimientos rítmicos (mecedora). Le gusta acurrucarse contra el cuerpo de la madre. Reacciona antes temperaturas frías o cálidas.
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