Ya se está preparando para el nuevo año lectivo. (Foto: JESÚS SIMMONS / EPASA)
Jesús Simmons
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Una guerrera de la educación. Su juventud y su rostro angelical dan fe de la vocación que tiene la maestra Liliana Ortiz por la educación y las ganas de enseñar a los niños de la comarca Ngöbe Buglé.
A sus 25 años, ha recorrido varias escuelas de la comarca Ngöbe Buglé, en donde ha demostrado su capacidad y el amor que tiene por enseñar a los niños indígenas de tan alejado lugar.
Su vocación comenzó desde que era una niña, por lo que cuando llegó la oportunidad no dudó en matricularse en la escuela Normal Superior Juan Demóstenes Arosemena, de Santiago de Veraguas.
Cuando salió de las aulas de la prestigiosa escuela Normal de Santiago, supo que su norte y la realización de su vida como profesional estaría en la enseñanza.
Pero, desarrollar esta pasión no ha sido nada fácil, ya que para llegar a su puesto de trabajo en la escuela Guayabal de Peña Blanca tiene que caminar unas ocho horas y quedarse más de un mes en el plantel sin ver a su familia.
Las largas caminatas bajo el inclemente sol, por los cerros de la comarca Ngöbe Buglé, no han minado sus fuerzas para que todos los años cuando inicia un nuevo periodo escolar esté en su puesto de trabajo.
Aunque ahora se encuentra de vacaciones, está por iniciar seminarios que le ayuden a afianzar sus conocimientos y así poder transmitirlos a todos sus estudiantes.
Por su don de gente y su amor al trabajo es muy querida por todos sus compañeros de labores y por sus alumnos, que no dudan en demostrarle todo el amor que le tienen a la educadora.
En un futuro, sueña con seguir estudiando para poder obtener los puntos que le permitan adquirir una mejor plaza de trabajo, con una mayor remuneración económica para ayudar a su familia.
GASTOS
Para permanecer todo el año en la escuela, Liliana gasta mucho dinero en comida y pasaje.