A los pequeños también hay que protegerlos en verano. El sol y el calor pueden irritar su delicada piel. Haga lo siguiente:
Evite exponerlo al sol en el horario de riesgo. Como los bebés no tienen maduro su mecanismo de bronceado, nunca deben ser expuestos al sol directo. Vístalo con ropa adecuada: En lo posible, póngale al bebé un sombrero o gorrito de ala ancha y ropa de colores claros, adecuada para el calor. Es recomendable también, acostumbrar a los más chicos al uso de anteojos de sol con protección UV que se pueden conseguir en el mercado. Cubra su piel con cremas protectoras solares. Cuando el bebé crezca y pueda participar en actividades fuera de casa, colóquele cremas protectoras con filtros o pantalla solar con alto factor de protección.
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