Viven con temor


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La mayoría de los techos de las casas tienen huecos producto de las balas.

Foto: ROBERTO BARRIOS

  • Viven con temor

    La mayoría de los techos de las casas tienen huecos producto de las balas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

  • Viven con temor

    Una de las balas que pegó con la pared.

  • Viven con temor

    Este hueco en el techo es producto de una bala.

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    La mayoría de los techos de las casas tienen huecos producto de las balas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Una de las balas que pegó con la pared.

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    Este hueco en el techo es producto de una bala.

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    La mayoría de los techos de las casas tienen huecos producto de las balas.

    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Una de las balas que pegó con la pared.

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    Foto: ROBERTO BARRIOS

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    Una de las balas que pegó con la pared.

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    Este hueco en el techo es producto de una bala.

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    La mayoría de los techos de las casas tienen huecos producto de las balas.

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    Este hueco en el techo es producto de una bala.

Carolina Sánchez P. - DIAaDIA

No quieren morir a manos de los pandilleros. El sector #2 de Don Bosco, en Samaria de San Miguelito, es uno de los barrios donde más conflicto entre pandillas se registran, tanto así que sus residentes están atemorizados.

El sonar de las balas tiene con los nervios de punta a los moradores , quienes rezan a Dios por no ser alcanzados por un proyectil.

Esta comunidad, de manera anónima, manifestó que viven en medio de los conflictos que protagonizan los pandilleros del sector El Veredón y los de La Loma.

“Quedamos en medio de los disparos y tememos que nuestros hijos pueden morir y hasta los adultos”, afirmó una madre desesperada, pues cría a más de cuatro niños.

Una de las familias abrió las puertas de su casa y ahí mostró los múltiples tiros en la pared y en el techo. “Dios nos cubre con su manto y es por eso que nadie ha resultado herido”, dijo un señor.

José Polo, miembro de la Fundación Dame una Oportunidad, aseguró que la mayoría de los jóvenes que se la pasan tirando bala vienen de familias desintegradas, por lo que han interrumpido sus estudios y no poseen un empleo. Él pide apoyo de las autoridades para que en conjunto con la comunidad les busquen mejores oportunidades a los jóvenes para que salgan de esa vida delictiva.

Polo dijo que esta comunidad requiere de obras en donde se pueda emplear a los jóvenes.

Bajo la incertidumbre viven estas personas del sector #2 de Don Bosco quienes están a la espera de que un día llegue la mala noticia de que un vecino inocente falleció a manos de los pandilleros.

La rondas

A pesar que se desplegan las rondas policiales a pie, los delincuentes saben cuándo hacer sus detonaciones.

 
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