Lujo y esplendor en Las Tablas


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Sesiel Cespoli - DIAaDIA

Sombreros pintados, tembleques y basquiñas. En la Gran Terminal de Transporte de Albrook se vio a las personas luciendo estas prendas típicas del folclor panameño en las filas para abordar el bus de Panamá-Las Tablas.

Cada minuto, las filas se hicieron más largas, desde niños pequeños, turistas, tableños y panameños que, unidos por una gran satisfacción de ver brillar orgullosamente el traje típico del país, la pollera, se dirigían a participar en el desfile de miles de ellas en la provincia de Los Santos, específicamente en Las Tablas.

La música típica se escuchaba en toda la comunidad tableña, el jolgorio del Desfile de las Mil Polleras comenzó temprano, los tableños sacaron sus sillas y eligieron el mejor lugar para ver los carros alegóricos, carrozas y las empolleradas, y así, poco a poco, se fue llenando de personas bajo la sombra de paraguas, todo el recorrido del desfile.

Bajo un candente sol, se notaron muchos turistas recorriendo las calles del desfile, armados con lentes grandes, oscuros y la mayoría con algún artículo representativo de Panamá, ya sea el sombrero o tembleques; muchos de ellos, sin hablar el español, se aventuraron para ver el desfile.

La familia Álvarez viajó desde Estados Unidos para ver el recorrido, con mucho orgullo señalaron que el desfile era maravilloso, afirmando con asombro que la pollera es un espectáculo de colores y vistosidad. Reconociendo el trabajo que representa hacerla.

La familia agregó también que las mujeres ataviadas con pollera se veían hermosas, y con un grado de importancia explicaban que era lindo ver a todas las personas reunidas por una cosa y más por algo típico del país.

El desfile daba pie a muchas actividades, venta de comida y venta de artículos artesanales y prendas, y propios y extraños aprovecharon y colocaron sus puestos de venta en las esquinas del recorrido, así el público tenía la facilidad de acercarse y comprar estos productos.

Artesanos y vendedores coincidieron en que este año fue más el ingreso económico que recibieron como resultado del desfile, el cambio de fecha fue también un valor importante que se tenía que tomar en cuenta, ya que el sol y las vacaciones de muchos hizo que se llenara más Las Tablas y así hubo más compradores.

Empezó el desfile... se escuchaba a lo lejos los tamboritos, las personas preparando las cámaras y así de lejos se vio cómo la primera pollera blanca con rojo se acercaba moviéndose con mucha elegancia de un lado al otro entre los “flashes” y las personas, dándole pie a las mil polleras que vendrían detrás, con carros alegóricos, tunas y tamboritos.

Es el segundo desfile que se realiza en Las Tablas, con la unidad de representaciones de todas las provincias, en el que participaron polleras de diferentes colores y adornos.

Familias, extranjeros y capitalinos tenían caras de orgullo y asombro, y varias personas cantaban al son de los tamboritos cuando pasaba cada una de las empolleradas que con esta actividad se le rinde tributo a la patria por que se exaltan las tradiciones y costumbres del país.

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