Perlas

Redacción | DIAaDIA

Jenny era una linda niña de cinco años a quien su mamá le compró un collar de perlas de juguete.

Jenny tenía un padre que todas las noches le leía un cuento y le decía:

  • Jenny, ¿tú me quieres?

  • ¡Oh sí papá, tú sabes que te quiero!

  • Entonces, regálame tus perlas.

  • ¡Oh, papá! No mis perlas -dijo Jenny-.

  • Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita. ¿La recuerdas?

  • ¡Oh no hijita! Está bien, no importa -le dijo dándole un beso en la mejilla- Buenas noches pequeña.

Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el diario cuento:

  • Jenny, ¿tú me quieres?

  • ¡Oh sí papá, tú sabes que te quiero!

  • Entonces regálame tus perlas.

  • ¡Oh, papá! No mis perlas; pero te doy a Lazos, mi caballo de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, y tú puedes jugar con él.

  • ¡Oh no hijita! Está bien, no importa -le dijo su papá dándole nuevamente un beso en la mejilla.

Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró a su dormitorio para leerle un cuento, Jenny estaba sentada en su cama y le temblaban los labios:

Toma papá –dijo- y estiró su mano. La abrió y en su interior estaba su tan querido collar, el cual entregó a su padre y él a cambio le dio una cajita de terciopelo azul. Dentro de la cajita había unas hermosas perlas genuinas.

Esto me hace pensar las cosas a las cuales me aferro y me pregunto... ¿qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?

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