Nuevamente la improvisación y el manejo egoísta de la dirigencia del béisbol nacional es el centro de atención y de cuestionamientos rumbo a la participación de Panamá en el Clásico Mundial de Béisbol.
Aunque el presidente de la Federación Nacional de Béisbol, Franz Wever y su junta directiva, son quienes deben tomar decisiones con respecto a nuestra participación en este torneo, la "intromisión" de este dirigente parece siempre afectar los planes de los profesionales del béisbol que quieren hacer surgir la pelota panameña.
Antecedentes ya hay muchos... los ex grandes ligas Roberto Kelly y Omar Moreno son fieles testigos de eso; y los hechos acaecidos en los últimos años parecen confirmarlo.
Hoy, nuevamente, se repite la historia. Apenas Wever se involucró en el tema con unas declaraciones hechas la semana pasada en contra del gerente de operaciones de la selección, Lino Díaz (quien el martes renunció al cargo), empezaron los problemas.
Todo se agravó por cuestiones aparentemente personales, ya que la FEDEBEIS se rehusó a que Sherman Obando (recomendado por Díaz) fuera el instructor de bateo del equipo.
Pareciera que a algunos dirigentes no les importa dañar esa buena reputación del béisbol panameño a costa de salirse siempre con la suya.
Si todo sigue así, Panamá continuará inevitablemente rumbo al ocaso, un camino que ya inició en el 2008 al no clasificar al Mundial de Béisbol que se jugará este año en Europa, todo por culpa de la ya acostumbrada improvisación de la dirigencia.