Las frutas del verano resultan muy apetecibles, y saludables, para comer entre horas, incluso como postre durante un día de playa.

Son muy fáciles de manipular y refrescan gracias a que contienen mucha agua.

Otra opción para comer entre horas son los lácteos, que se pueden llevar en forma de batido casero, yogur o queso, aunque para esto hay que disponer de hielera para mantenerlos frescos.

Si no se tiene, se pueden escoger los yogures que no necesitan estar al frío.

Además de las frutas, las ensaladas y las hortalizas crudas son también otra opción. Se trata de alimentos ricos en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que, además, contienen una cantidad elevada de agua. Se pueden combinar con pasta, arroz, legumbres o papas. La mezcla resulta un plato muy nutritivo y contundente.