Viven de limosnas


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A Ángel solo le queda esperar que las personas se apiaden de él para comer.

FOTOS: HERMES GONZLEZ

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    A Ángel solo le queda esperar que las personas se apiaden de él para comer.

    FOTOS: HERMES GONZLEZ

  • Viven de limosnas

    “Todos somos humanos, debemos ayudarlos, no son culpables por su condición.”

    Javier Jaramillo

  • Viven de limosnas

    “La verdad es que ellos tienen derecho a ser integrados a la sociedad, necesitan ayuda.”

    Emilio Rivas

  • Viven de limosnas

    “Creo que nadie se pone a pedir dinero si no lo necesita; hay que darles una mano.”

    Dionisia Tuñón

  • Viven de limosnas

    Ancianos también piden dinero en las calles.

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    Javier Jaramillo

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    Emilio Rivas

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    Dionisia Tuñón

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    Dionisia Tuñón

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    Ancianos también piden dinero en las calles.

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    “Todos somos humanos, debemos ayudarlos, no son culpables por su condición.”

    Javier Jaramillo

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    “La verdad es que ellos tienen derecho a ser integrados a la sociedad, necesitan ayuda.”

    Emilio Rivas

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    Dionisia Tuñón

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    Ancianos también piden dinero en las calles.

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    “Todos somos humanos, debemos ayudarlos, no son culpables por su condición.”

    Javier Jaramillo

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    Emilio Rivas

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    Dionisia Tuñón

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    Ancianos también piden dinero en las calles.

Yanelis Domínguez - DIAaDIA

Necesidad o falsedad. Para los panameños, no es raro observar mendigos en las calles, pidiendo dinero para sobrevivir; pero, en ocasiones, no son más que farsas para lograr algo de dinero sin tener que trabajar.

Ángel tiene 69 años y 20 de ellos ha sido mendigo; su ropa desgastada, sus pies deteriorados por la falta de un calzado saltan a la vista, mientras que su mirada se pierde entre la muchedumbre, ya que él es ciego, razón que lo obligó a pedir dinero para sobrevivir.

Su apellido no lo quiere recordar, pues el tiempo lo ha hecho dejar de pensar en “cosas minoritarias” como esas; él siempre confió en que por su discapacidad alguien lo ayudaría, pero no fue así, por eso La Peatonal se ha convertido en su hogar.

Ángel es consciente de que hay bastante personas mentirosas, que fingen padecer alguna enfermedad para pedir dinero y cuando la gente da la vuelta se ríen, pero él sabe que arriba hay un Dios que ve todo y castiga.

¿Quién es culpable?

Para el sociólogo Marco A. Gandásegui, la sociedad es la responsable de que existan este tipo de personas, pues no es capaz de darles el lugar que se merecen, problema que podría ser solucionado si se les da apoyo emocional.

 
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