Venciendo barreras. Evelia tiene 60 años, es una trabajadora que nunca se rinde. Ella cuenta que cuando sus hijos estaban pequeños, se dedicó a vender comida y fue con este negocio informal, que logró criarlos y educarlos.

Pero, ya sus hijos crecieron y ella tiene necesidades y siente que aún puede seguir manteniéndose y qué mejor que hacer, lo que siempre ha hecho, cocinar muy sabroso.

Por eso, después de varios años de haber dejado la venta de comida, volvió a retomarlo, se ubicó, desde hace dos años, en el área industrial y allí vende duros, empanadas y comidas para todos los gustos.

"Mientras tengamos las dos manos para trabajar, los dos pies para caminar, y salud hay que seguir luchando", dijo Evelia.

PREPARACION

Evelia prepara la comida desde muy temprano en su casa, luego se dirige al lugar de venta en taxi, todo lo hace ella sola. Esta trabajadora informal vive en Villa Guadalupe y las ganancias de la venta de comida, la ayudan a vivir de manera decorosa.

Muy entusiasmada aseguró que cualquier cantidad de comida que lleve, ella la vende, "jamás me queda ni una", concluyó.

COMIDAS

La comida es hecha al gusto de los clientes, y los precios son de B/.1.00 a B/.1.50.