Familia sustituta
Hasta las arreglan y las hacen sentir bien consigo mismas.

Georgina Damián | DIAaDIA

Les dedican amor y tiempo. En el Hogar de Ancianos Sol y Vida, ubicado en Tocumen, cerca de la barriada Santa Mónica, se albergan unas 20 personas de la tercera edad. Muchas de estas personas son de la ciudad capital, pero otras vivían en el interior del país. Sus familiares los han llevado a este hogar para que reciban los cuidados necesarios. Allí se encuentran personas dispuestas a trabajar por ellos, como es el caso de Leticia de Rivera, quien es la dueña del albergue y dice sentirse feliz teniéndolos, porque asegura que el anciano no es olvidado allí. Cada una de estas personas ancianas que acuden al hogar se sienten felices, pues son bien atendidas, además de que comparten con otras personas de su misma edad. Pero también reciben la visita de iglesias que quieren entrar al albergue y enseñarles la palabra de Dios, también pequeños niños de diferentes escuelas se suman a las visitas. Esto hace muy felices a los ancianos, ya que de seguro se acuerdan de la infancia que un día los vio crecer. Durante el recorrido que DIAaDIA hizo, se topó con personas sumamente agradables, como es el caso de la señora Nazario Vergara, quien tiene 104 años, al igual que Viola de Linton, de 90 años, una colombiana que señaló que se sentía bien en el lugar. En este sitio hay varias jóvenes que dedican su tiempo y voluntad a estas personas.

RELEVANTE

Lo más importante, según las chicas que laboran en el lugar, es hacerles sentir que son todos una familia.

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