A Egipcia, le gusta hacer docencia sobre las bondades que tiene el borojó. (Foto: JESÚS SIMMONS. /EPASA)
Jesús Simmons
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La necesidad los convirtió en empresarios. Los moradores de la comunidad de Coclesito, en la provincia de Coclé, hicieron de la fruta del borojó un negocio amigable con el ambiente y muy rentable para todos.
Una de esas moradoras que aprovechó las bondades de esta fruta fue Egipcia Yángüez, de 40 años, quien tuvo que aprender todo sobre el borojó, si quería triunfar en el negocio que apenas iniciaba.
Con la ayuda de la Fundación Natura, crearon la Asociación de Productores Amigos de la Naturaleza. Con mucho esfuerzo, el pequeño proyecto creció tanto que en la actualidad tienen ocho hectáreas en producción.
Egipcia y sus compañeros de la asociación no se duermen en los laureles, por eso ya tienen planeado para este año cultivar otras ocho hectáreas de borojó.
Además del borojó, siembran plátanos, yuca y árboles para proteger el suelo. Después de 10 años en el negocio, Egipcia ha visto un cambio sustancial en su vida y en su comunidad, pues le ha ido muy bien.
Su ánimo de superación no se detiene, por eso hace tres años, junto a los asociados empezaron a procesar artesanalmente el borojó. Mermelada, vino y concentrado de la fruta son algunos de los productos que han elaborado.
Para el futuro, esta microempresaria sueña con posicionar su asociación en el mercado nacional, por eso su finca está certificada orgánicamente, ya que todo lo que usan es natural.
Para comercializar los productos que sacan del borojó, crearon una compañía a la que llamaron Ventas Boroyan. El otro reto que tienen en un futuro no muy lejano es poder exportar sus productos hacia Europa y los Estados Unidos.
Lo que más feliz hace a Egipcia es que gracias a esta fruta tan exótica, puede educar a sus hijos y ayudar con los gastos de su hogar.
FERIAS
Egipcia promueve sus productos en las ferias que realiza el Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Coclé.