
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Alicia es muy trabajadora.
El trabajo es sacrificado pero tiene sus recompensas.
Su puesto siempre está limpio e impecable.
Es muy atenta y amable con sus clientes.
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Alicia es muy trabajadora.
El trabajo es sacrificado pero tiene sus recompensas.
Su puesto siempre está limpio e impecable.
Es muy atenta y amable con sus clientes.
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Alicia es muy trabajadora.
El trabajo es sacrificado pero tiene sus recompensas.
Su puesto siempre está limpio e impecable.
Es muy atenta y amable con sus clientes.
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Alicia es muy trabajadora.
El trabajo es sacrificado pero tiene sus recompensas.
Su puesto siempre está limpio e impecable.
Es muy atenta y amable con sus clientes.
Todo lo que trabaja es para sus tres hijos.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Alicia es muy trabajadora.
El trabajo es sacrificado pero tiene sus recompensas.
Su puesto siempre está limpio e impecable.
Es muy atenta y amable con sus clientes.
Una mujer luchadora. Si hay algo que sabe hacer muy bien Alicia Morales, de 43 años, quien tiene un puesto de legumbres y huevos en Torrijos Carter, San Miguelito, es buscar el pan nuestro de cada día.
Antes de tener su negocio, laboró como maestra en un Centro Familiar Comunitario de Educación Inicial (Cefacei), del Ministerio de Educación (Meduca), en El Progreso, Alcalde Díaz.
Además, fue parte del programa Muévete por Panamá, del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), por lo que enseñó a leer a muchos iletrados en El Progreso.
Aunque estas necesidades la llenaban como persona, sintió que era hora de tener su propio negocio con el cual podría sacar adelante a sus tres hijos.
Así que se acercó a la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme), donde le entregaron un capital semilla de $500.00 para que empezara su negocio.
Con este dinero, instaló un puesto de venta de comida rápida, pero no le fue bien; sin embargo, no desmayó y puso el puesto de venta de legumbres y huevos.
Su perseverancia la premió, pues con su puesto de legumbres le va bastante bien, aunque como todo negocio tiene altas y bajas.
Para ella, lo más importante son sus tres hijos, por eso se levanta muy temprano para ir al Mercado de Abasto a comprar las legumbres y así estar a las 7:00 a. m. en punto en su puesto.
Lo que más anhela es un quisco en donde pueda estar más cómoda y para poder atender mejor a sus clientes, pues vende al aire libre, por lo que tiene que aguantar el sol y la lluvia.
Para lograr ese sueño, es consciente de que tiene que trabajar muy fuerte, por eso llega a su área de trabajo a las siete de la mañana y se retira a las siete de la noche.