El Real Madrid afronta ante el Real Betis, en partido de vuelta de la Copa del Rey, su primera "final" de la campaña inmerso en una crisis agravada por las declaraciones que hizo ayer su presidente, Ramón Calderón, en un centro universitario.

El buen ambiente que deseaban transmitir con la comida de la plantilla tras el triunfo en la Liga ante el Real Zaragoza se vio enturbiado por la ausencia de brasileños, salvo Roberto Carlos, y -sobre todo- por las polémicas manifestaciones de Ramón Calderón en el Centro Universitario Villanueva, en Madrid, en las que todos los jugadores fueron señalados.

La plantilla no aguanta más y así se lo hizo saber a su presidente, pero hasta que se exprese públicamente, a través de los capitanes, se centrará en intentar solventar la eliminatoria ante el Real Betis después del empate a cero de la ida.

Si el pasado fin de semana la afición del Bernabéu debía pronunciarse en el enfrentamiento entre Capello y Ronaldo, con silencio general, ante el Betis será un termómetro que mida los últimos acontecimientos, con un sólo síntoma de optimismo, el "factor argentino" de Gago e Higuaín, que lideraron el nuevo cambio de imagen madridista.

El Betis, tras la goleada cosechada en Pamplona (5-1) que le mantiene en zona de descenso en la Liga, llega a Madrid con un equipo repleto de suplentes.

Luis Fernández, su técnico, tiene la intención de alinear en la Copa a los jugadores que menos actúan en la Liga.

NO CUENTA

Fabio Capello sigue sin contar por decisión técnica con Ronaldo, Beckham ni Cassano.