Un mal sabor de boca me dejó mi retorno al estadio Rommel Fernández después de muchos años de ausencia para presenciar a la selección nacional. Los que estamos acostumbrados a ver a un equipo que por lo menos muestre un buen manejo de balón dentro de la cancha o quienes deseamos que "La Roja" se eleve a un nivel aceptable de buen fútbol, la verdad que quedamos decepcionados con la presentación que el representativo nacional realizó el domingo ante la selección de Nicaragua.
Más que "Roja", la selección que estamos viendo en esta Copa Centroamericana luce todavía muy "verde"; falta de ideas, de un líder, de alguien que dirija esa orquesta para que el sonoro grito de gol se escuche, no a empujones ni a punta de pelotazos, sino con el "toque-toque", con buen y elegante trato de balón.
Quizá es poco el tiempo que lleva Julio Dely Valdés en el cargo, pero la verdad es que todavía no se nota un trabajo efectivo que haga saltar a la fanaticada de sus puestos.
Tampoco se ve a una figura que descolle y le dé un toque diferente a la selección -la formación técnica del jugador tiene que ver mucho con eso-, el pelotazo al centro del marco contrario parece ser la única arma letal de nuestro equipo, sin otra variante alguna, salvo Armando Cooper, a quien de forma esporádica se le notan destellos de buen fútbol -tiene futuro el chico-. Con ese equipo jugando así, mejor olvidémonos de dar pasos importantes en una eliminatoria mundialista. Ojalá a partir de hoy cuando juguemos con El Salvador, una selección que nos exigirá más, demos los pasos necesarios para cambiar ese juego tosco que hasta ahora "La Roja" comandada por Dely Valdés, ha mostrado.
El cambio debe darse desde hoy, ante El Salvador, un rival que sí nos va a exigir de verdad.