Estos “pay” ocasionaron un tranque, peor que el del Puente de las Américas. Los carros ni se movían esperando ver detenidamente a los galanes del patio, sobre todo al reportero de Buenos Días, Ludwik Tapia, quien dejó a más de cuatro corazones flechados. ¡Wepa!
Cuenta Ludwik que nunca se había montado a un caballo, que al principio tuvieron que cambiarlo de caballo, ya que el que tenía estaba retacado. ¡De la que se salvó!
El reportero estuvo una hora en la calle y nos confesó que se llevó varios retrovisores con el caballo. ¡Jooo!