Organizadas. El secreto de Corazón Bueno es que por medio de la agrupación se pueden generar muchas ganancias.
Jesús Simmons
| DIAaDIA
Emprendedoras. No hay mejor calificativo para definir a Domitila Wainora, Gladys Wainora y a Johana Chami, tres indígenas Emberá Woounan, residentes en Laja Blanca de Darién, quienes se organizaron para vender sus artesanías y así ganarse la vida.
Viendo la pobreza en que viven en su comunidad, donde las plazas laborales son nulas, las tres mujeres decidieron agruparse para hacer una asociación.
Es así como nace Corazón Bueno, que consiste en vender sus artesanías y con el dinero que se ganan ayudar a los integrantes de la comunidad en los gastos de la comida.
En este trío se destaca Johana Chami, quien aprendió a confeccionar artesanías desde los 10 años, pero además terminó sus estudios secundarios, por lo que por su mente pasa la idea de cursar estudios a nivel universitario.
Uno de los sueños que más inquieta a esta joven es la carrera de turismo, porque siente que esta es la única manera, a través de la cual, podrá ser alguien en la vida y alcanzar el éxito.
Johana sabe que este camino hacia la universidad no será nada fácil, pues en su casa sus padres son bien humildes, pero gracias a que se han organizado, pueden vender sus artículos y sacar buenos dividendos.
Por su calidad, las artesanías que ellas confeccionan son muy apreciadas por los comerciantes que viajan desde la capital hacia Darién a comprarlas para revenderlas en la capital.
Por su tenacidad, dedicación y vocación, Johana siente que alcanzará todas las metas que se ha puesto en la vida, pues cree que tiene que acabar con el mito de que ser indígena es sinónimo de pobreza.
Estas talentosas mujeres encontraron en las artesanías un modo honrado para mantener a sus hijos y enviarlos a la escuela para que así sean hombres de bien.
ORGANIZADAS
El secreto de Corazón Bueno es que por medio de la agrupación se pueden generar muchas ganancias.