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HISTORIA
Da de corazón

Redacción | DIAaDIA

Una vez un limosnero que estaba tendido al lado de la calle vio a lo lejos venir a la reina con su corona y capa. Pensó: "le voy a pedir, ella es buena, de seguro me dará algo".

Cuando la reina pasó cerca, le dijo: "Majestad, ¿podría regalarme una moneda? La reina le miró y le respondió: " "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu reina?"

El mendigo no sabía qué responder y sólo atinó a balbucear: "Pero majestad, yo no tengo nada". La reina contestó: "¡Algo debes tener, busca!"

Entre asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y vio que tenía una naranja, un pedazo de pan y unos granos de arroz. Pensó que el pan y la naranja era mucho para darle, así que en medio de su enojo, tomó cinco granos de arroz y se los dio a la reina.

Complacida, ella dijo: "¿Ves cómo sí tenías?" Y le dio cinco monedas de oro: una por cada grano de arroz.

El mendigo dijo entonces: "Majestad, creo que acá tengo otras cosas". Pero la reina lo miró fijamente a los ojos y, con dulzura, le comentó: "Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar".

¿Cuántas veces realizamos una misión solo pensando en la ganancia personal que nos reportará? Demos de corazón, sin calcular, sin sacar cuentas, sin pensar en lo que recibiremos a cambio, y la mayor ganancia será la felicidad que sentiremos al dar.





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